Pues sí, aunque a veces esté tan quemada que pensamos que ya la tenemos que tirar, podemos solucionar nuestro problema de una manera muuuuy sencilla...ya veréis ya.... además, ¿a quién no le ha pasado esto alguna vez?...
Probé varias opciones...dejarla con agua caliente y jabón y utilizar un estropajo tipo "nanas" de fibras metálicas, hervir con agua y sal....pero nada...mi olla seguía quemada.
La olla que se me quemó a mí es de acero inoxidable aunque este remedio sirve para cualquier tipo de revestimiento de olla, teflón, inox, acero....
Lo primero que tienes que hacer es lavar tu olla como de costumbre (ahí no se irá lo quemado) pero tienes que quitarle todos los restos de comida.
Una vez "limpia" pasaremos al remedio efectivo, que no es ni más ni menos, que echarle un buen chorrito de lejía, nada más... así de fácil.... por supuesto el efecto no es inmediato ya que la lejía tiene que actuar hasta reblandecer y disolver todo lo quemado y hay que dejarla actuar un tiempo.
También depende del grado de churruscado que tengas en la olla, claro...a más quemado más tiempo de actuación.
En mi caso era una olla que se me quemó al hervir arroz y tenía todo el fondo negro. El tiempo que dejé la olla con la lejía fué un día entero.
Ya veréis que a medida que se vaya disolviendo lo quemado la lejía irá cogiendo un tono amarillento-naranja como si fuese óxido, pero tranquilos, a la olla no le está pasando nada de nada.
Después de un día ya tenía todo el fondo de mi olla como nuevo, la lavé muy muy bien unas cuántas veces y lista para volver a utilizarla...y lo contenta que puse!! jejejeee
Este truquito me lo dijo mi mami que al ver la olla me dijo..."pero hija, ¿cómo la vas a tirar por esto?..trae que la vamos a arreglar"... Menos mal !! Gracias mama !!
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